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martes, 31 de marzo de 2020

  
  FRESAS ASADAS CON ZUMAQUE Y CREMA DE YOGURT (o labneh)






Escribo ésta nueva receta en el blog en un momento, para éste país y para el mundo entero, que ni sé exactamente como describirlo. Triste, doloroso, dramático, raro, de ciencia-ficción? Unos acontecimientos que forzosamente traerá cambios, o debería traerlos, para el planeta y para todos los seres que lo habitamos y nuestra relación con él. 

Y cuento esto, aquí, en un blog de cocina, para recordar. Igual dentro de un año, cuándo releamos ésta receta ya no nos acordaremos del coronavirus. Así somos los humanos. No aprendemos ni de los palos más duros. 

Pero yo quiero, cuando recurra a este blog, recordar que la compartí en un momento duro. Que cuando lo hice ya llevábamos quince días de confinamiento, encerrados en casa, saliendo a la calle solo para adquirir víveres,  que nos quedaban otros quince, anunciados. No sabemos si algunos más.





Recordar que hubo muchas personas infectadas, muchos muertos, mucha incertidumbre, mucha desolación.

Recordar que en estos días, nos ocupamos más de la familia. Fuimos más solidarios, más amigos, más compañeros, más vecinos y todo esto sin vernos , sin besarnos, sin abrazarnos . 

Recordar que los cantantes se volcaron en las redes sociales haciendo conciertos desde sus casas, para hacernos más llevadera la cuarentena y los cocineros y cocineras hicieron lo mismo, cocinando desde sus casas. 
Y los libreros, y tantos otros.

Y todos los días a las 8 de la tarde salíamos a los balcones de nuestras casas para aplaudir a los sanitarios que trabajaron a destajo para salvarnos la vida, y aplaudimos a los bomberos, a los policías, a los empleados de supermercados.....





Y quiero cuando relea ésto dentro de un año, o de dos, o tres, recordar, para saber si fuimos tan inteligentes como para aprender, reflexionar y cambiar, o tan necios y engreídos como para olvidar. Y ese olvido terminará por llevarnos a nuestra propia extinción. 

Y dicho todo esto, y precisamente para hacer más dulce estos días, os traigo un postre con un producto de temporada. La fresa. 
Si habéis comprado muchas, por aquello que no podemos ni debemos salir a la calle, nada más que los estrictamente imprescindible, y están un poco pachuchas, ésta es la receta adecuada para aprovecharlas. 

Está basada en una receta de Yotam Ottolenghi. 
Este señor es un cocinero israelí, afincado en Londres. Ha publicado varios libros de cocina, de los que yo soy entusiasta. Ya tengo tres y pienso seguir. 
Aviso a navegantes, admito como regalo cualquier libro de este señor. 
Él mismo recalca no ser vegetariano, pero sus recetas llevan siempre mucha verdura, algunas solo verduras,  y son una fiesta. 





Este postre de fresas tiene un par de pasos más elaborados, pero nada complicados. Además , estamos confinados en casa, ¡Tenemos tiempo!
Que lleve más tiempo, no quiere decir que sea difícil. 

Todos los ingredientes son fáciles. Casi con seguridad tenéis en casa, sin tener que salir a comprar. 
Menos uno. ZUMAQUE. Si lo tenéis, genial. Pero si no tenéis, no pasa nada. No se le pone y punto. 
Eso sí, en el momento que se pueda salir a comprar ni lo dudéis. 
El Zumaque es una especia que se utiliza mucho en la cocina tradicional de Oriente Medio. 
Tiene un sabor ácido, parecido al limón. Se utiliza tanto en postres como en platos salados. 
O para aliñar una ensalada. Y podéis encontrarlo en tiendas especializadas.
Ya os he comentado otras veces que mi tienda de referencia para estos productos, en Badajoz, es Semilla y Grano, en la calle Virgen de la Soledad.





Y se acabó ya la literatura, no? 

Vámonos a cocinar.


INGREDIENTES (para 4 personas)






• 750 grs de yogurt tipo griego (6 Yogures)
• 115 grs de azúcar glas
• 100 grs de nata para montar , 35% de MG
• Una cucharadita de ralladura de limón y dos cucharadas de su zumo.
• 500 grs de fresas maduras 
• Una cucharada de zumaque
• Unas ramitas de menta o hierbabuena
Una vaina de vainilla
Un pellizco de sal.

ELABORACIÓN





Ponemos el yogurt en un cuenco. Mezclamos bien con la mitad del azúcar y el pellizco de sal. 

Sobre un cuenco vacío colocamos un colador que encaje bien.
 Sobre el colador ponemos una gasa o un paño de cocina fino y muy limpio, y sobre éste paño vertemos la mezcla del yogurt y el azúcar. Levantamos las cuatro puntas del paño, y con una cuerda lo atamos bien ( mirad las fotos). Y sobre el paño ya atado ponemos un peso. Yo he puesto tres piedras del campo, que tengo solo para uso en la cocina. (Eso sí, cuando las cogí, primero fueron lavadas con jabón , después metidas en lejía 24 horas y después lavadas en el lavavajillas a 90 °). 
Podéis poner un cuenco o bien una olla llena de agua. Cualquier cosa que pese y que no se estropee en el frigorífico. El fin es quedarnos solo con el yogurt y que éste suelte todo el suero. Déjalo en el frigorífico, mínimo 30 minutos. Pero si lo dejas más tiempo, no pasa nada. Más espeso tendremos el yogurt. 

Semimontar la nata. No hace falta que esté muy montada. Le añadimos la ralladura de limón. Mezclamos y reservamos en la nevera. 







Precalentar el horno a 200°, si vuestro horno tiene ventilador mejor, si no, calor arriba y abajo, y poner la bandeja en el rail más bajo del horno. 

Lavar las fresas, quitar el rabito y partirlas por la mitad a lo largo y ponerlas en un cuenco.
Poner por encima de las fresas el zumaque.
Abrir la vaina de vainilla a lo largo. Con la punta de un cuchillo retirar las semillas y echarlas sobre las fresas. 
Añadir también el azúcar restante, el zumo de limón y 80 ml de agua
Remover con delicadeza, para no estropear las fresas, y mezclarlo todo. Verter sobre una fuente de horno. Colocar encima la vaina de vainilla que habíamos vaciado y una rama de menta. 
Hornear unos 20 minutos, o hasta que veáis que las fresas están asadas. 
Cuando estén, retiramos del horno y dejamos que se atemperen.





Retirar con cuidado las fresas a un cuenco. Desechar la vaina de vainilla y la menta.
Colar el líquido de la fuente y reservar . 

Ahora ya, quitamos el peso que habíamos puesto sobre el yogurt. Antes de quitar las cuerdas, podemos escurrir un poco más, apretando con las manos. Desatamos y retiramos toda la crema de yogurt a un cuenco. Añadimos la nata que teníamos semimontada con la ralladura del limón. Mezclamos bien para que se integren ambos ingredientes. Incorporamos a la mezcla tres cucharadas del líquido reservado y revolvemos pero muy ligeramente. No queremos que la mezcla se vuelva rosa, si no que tenga un efecto marmolado. 

Para emplatar. En cuencos, o en vasitos, como he hecho yo (es que soy muy de emplatar en vasitos. Me encanta). Ponemos unas poquitas de fresas en el fondo. Encima la crema de yogurt y nata y coronamos con más fresas. Rociamos más almíbar del que habíamos reservado y un poco de menta troceada. 

Hacerlo . Os va a encantar. Y me contáis. 

CONSEJOS





• Por si al leer la elaboración os asustais, os parece complicado o que lleva mucho tiempo. 
Como digo siempre, leer la receta dos o tres veces antes de empezar. 
Este postre es súper sencillo, pero como dice mi amiga Olga, que sea fácil no quiere decir que no requiera tiempo. La cocina quiere tiempo y mimo. 
Entonces más que consejo, lo que os doy hoy es un truco para que veáis que esta receta se puede hacer, incluso en tres tiempos y ni os enteráis. 

Por la mañana hacéis el primer paso. El yogurt con su peso, lo metéis en el frigo. Y a otra cosa. Por la tarde, un ratito que tengáis ( y ahora tenemos mucho tiempo) preparáis las fresas y metéis en el horno. Mientras las fresas se enfrían, montáis la nata, retiramos el yogurt. Mezclar, poner el almíbar y con la crema ya preparada la metemos en el frigorífico bien tapada. Las fresas en otro cuenco tapadas y el almíbar ya colado en una jarrita al frigo. 
Por la mañana montáis el postre. 
Fácil, no? 
Vamos!!! Me encantaría ver que lo habéis hecho .

Ser felices y cuidaros. 































viernes, 20 de marzo de 2020

    
   REPÁPALOS DE BACALAO







Si hace cuatro o cinco semanas os dejaba una receta alentejana de bacalao, aquí. Vengo hoy con una tradicional receta de la gastronomía extremeña. 

Aunque estos de bacalao es una variante más actualizada, la realidad es que los repápalos nacieron como una receta de complemento en épocas de escasez y de aprovechamiento. 


Una vuelta por la geografía extremeña y nos encontramos este plato con ligeras variantes, que os cuento.


En la versión original, batimos unos huevos a los que añadimos una cebolla cruda picada muy pequeñita, perejil picado, sal, pimienta y comino. En algunos casos también una pizca de clavo. Se le añade pan rallado hasta obtener una masa cremosa consistente pero no dura. 
Damos forma a los repapalos y freímos para después introducirlos en un caldo. (El mismo caldo que voy a preparar en la receta de hoy)





A veces si sobraban garbanzos del cocido y caldo, se mezclaban éstos y el caldo y se les añadían los repápalos para completar el plato.

Hay otra versión en la que se hacen los repápalos con los garbanzos que sobran del cocido. Chafados con un tenedor, le añadimos un majado de ajo, comino y perejil y los huevos.
Damos forma, freímos y metemos en un escabeche frío, como el que les ponemos a las habas, tenéis la receta aquí

También en algunos pueblos se hace un arroz caldoso con repápalos, hechos éstos como en la versión original.

Y un guiso de garbanzos con espinacas, al que añadimos los repápalos, es un tradicional plato de la cocina extremeña, durante la cuaresma. 




Este plato tiene también una versión dulce, que en algunos pueblos de Extremadura se les llama, sapillos. Pero esto será motivo para otro post. 

Yo hago habitualmente éstos con bacalao, que os pongo ya ingredientes y os cuento cómo hacerlos



INGREDIENTES





1\2kg de bacalao previamente desalado
1 cebolla mediana
1 manojo de perejil
3 cucharadas rasas de pan rallado ( dependerá de lo grandes que sean los huevos)
6 huevos
Aceite de oliva virgen extra para freír los repápalos


PARA EL CALDO





1 litro de agua
4 dientes ajo
4 rebanadas de pan frito
1 cucharadita de comino molido
1 cucharada de aceite de freír los repápalos
Unas hebras de azafrán.


ELABORACIÓN





Con el bacalao ya desalado, lo desmenuzamos y ponemos en un cuenco. Añadimos la cebolla picada muy pequeñita, el perejil también bien picado, los huevos batidos y el pan rallado. Mezclamos bien.
Nos tiene que quedar una masa no líquida, pero tampoco mazacote para que los repápalos estén esponjosos . 
Dependiendo del tamaño de los huevos, habrá que ponerle un poco más de pan rallado o restarle. 
En las fotos se ve bien, como nos debe quedar la mezcla.
Ponemos abundante aceite de oliva en una cazuela. Vamos formando los repápalos con ayuda de dos cucharas, como si hiciéramos una quenelle, y los freímos en el aceite caliente. 
Cuando estén fritos, sacamos del aceite y reservamos





Ponemos en una olla el agua y las hebras de azafrán. Mientras arranca a hervir, en el mismo aceite de freír los repápalos , freímos el pan. 
En la vaso de la batidora, ponemos el pan, los ajos pelados, enteros y crudos, el comino , sal y una cucharada del aceite de freír los repápalos. 
Vertemos la mezcla de la batidora en el agua hirviendo, probamos y rectificamos de sal si fuera necesario. Incorporamos los repápalos y dejamos cocer todo junto, unos diez minutos a fuego medio- bajo. 


CON THERMOMIX







Es una preparación sencilla, pero si queréis facilitaros un poco la tarea del picado, podemos utilizar la thermomix.
Ponemos el bacalao en el vaso y trituramos 
2 segundos, velocidad 5, retiramos del vaso y reservamos en un bol.
Sin lavar el vaso, ponemos el perejil y la cebolla troceada y picamos, 5 segundos Velocidad 5. Retiramos del vaso, incorporamos al bol donde teníamos el bacalao.
Ponemos los huevos en el vaso, batimos 1 minuto, velocidad 5.
Añadimos la mezcla del bol y el pan rallado y mezclamos 3O segundos , giro inverso, velocidad 2. 
Retiramos la mezcla del vaso y continuamos la receta de la forma tradicional. 




Igual en muchas casas extremeñas se sigue haciendo esta receta, o lo mismo la hemos relegado al olvido, y solo la tenéis entre los recuerdos de la infancia. Pues, si os apetece, es el momento de rescatarla. 

Ya me contaréis .










jueves, 5 de marzo de 2020



   HUEVOS ENCURTIDOS






Hoy traigo una receta que se podría encasillar entre las recetas de aprovechamiento.

Algo que a mí me encanta, aprovechar. Aquí no se tira nada. 

Hace unos días una persona,en internet, comentaba que tenía dos docenas de huevos y no sabía qué hacer con ellas. Para mí dos docenas las gasto en un abrir y cerrar de ojos.

Pero bueno si para alguien eso es mucho, siempre tenemos la opción de regalar a vecinos, familiares o amigos. O donarlos a un comedor social. 

Y la otra opción es este receta de hoy. Unos huevos encurtidos. Son sencillos, se hacen en un pis-pas, y te duran hasta un mes en la nevera. 







Los puedes ir utilizando para añadir a una ensalada, a un potaje, etc...

O simplemente abierto a la mitad, un poco de sal y un hilillo de aceite de oliva virgen extra, como complemento de una cena. 

Podéis usar los ingredientes que he puesto yo,  pero podéis quitar o poner especias a vuestro gusto. 

INGREDIENTES





Una docena de huevos frescos
250 grs de vinagre de manzana
1/5 litro de agua
60 grs de azúcar
1/2 cebolla mediana partida en aros finitos
5 Semillas de cardamomo
3 clavos de olor
Una cucharadita de semillas de mostaza
Una cucharadita de semillas de cilantro
Una cucharadita de comino en grano
Una cucharadita de pimienta en grano. Yo le he puesto mezcla de diferentes , pero podéis poner blanca o negra. 
Una cayena sin semillas 

ELABORACIÓN



Lavamos y esterilizamos un tarro de cristal donde quepan los huevos de forma holgada.
Cocemos los huevos en agua con sal, durante 12 minutos. Pasamos por agua fría y dejamos enfriar . 
Mientras los huevos se enfrían, ponemos en un cazo todos los ingredientes. Cuando empiece a hervir, cocemos a fuego medio durante cinco minutos.
Pelamos los huevos y los colocamos dentro del tarro. Vertemos encima la cocción de agua, vinagre y especias. Tienen que estar bien cubiertos. 
Cerramos el tarro y cuando se enfríe ya podemos meterlo en el frigorífico.
De ahí vamos sacando cuando los necesitemos . Bien tapados nos duran un mes, siempre que estén en frío. 

CONSEJOS





Para esterilizar los tarros los hervimos durante 20 minutos en agua hirviendo o podemos lavarlos con agua y lavavajillas y colocamos en el horno durante veinte minutos a 110°C.