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viernes, 31 de julio de 2020



    ENSALADA DE GARBANZOS







Seguimos con altas temperaturas y solo apetece comer cosas fresquitas. Pero no por eso debemos dejar de comer legumbres.

Cuando yo era pequeña, aunque tuviéramos veranos tórridos como el de éste año se comía cocido. Se podía acompañar con un picadillo de tomate, o un gazpacho para refrescar, pero ni se planteaban preparar legumbres en formato ensaladas. 
Muchos años después mi madre, que se adaptaba a todo, sobretodo si de cocina se trataba, preparaba ricas ensaladas con garbanzos o judías. 

Yo hoy os dejo en un mismo post, dos recetas muy diferentes . Una clásica, y otra que será un homenaje. Os lo cuento más adelante. En contra de lo habitual, no os voy a poner ingredientes ni cantidades, porque es una ensalada muy versátil, que en realidad podéis poner lo que queráis o tengáis más a mano. 

Pero si os contaré cómo la hago. 





Siempre que pongo garbanzos de remojo, pongo al menos un kg. Después, los que no voy a gastar los congelo ya remojados, y otras veces los cuezo todos y congelo después de cocidos. 

Si vais mal de tiempo, siempre podéis utilizar un bote de garbanzos ya cocidos, aunque no sea lo más idóneo. Pero si lo hacéis, lavarlos muy bien, en varias aguas. 


ELABORACIÓN ( de la tradicional)

Utilizar entre 100 y 120 grs de garbanzos ( peso ya cocidos) por persona





Como base de la ensalada siempre les pongo un picadillo de tomate, pimiento verde, cebolla y pepino, todo crudo y picado muy pequeñito. (Sólo así ya están buenísimos).





Y a partir de aquí, ya es cuestión de poner lo que querais y aprovechar esas cositas que andan rodando por nevera o despensa a punto de estropearse.
Ésta de hoy lleva, precisamente, 
 - Dos palitos de cangrejo tristemente relegados en un rincón del congelador. ( Aunque no soy yo muy de estos sucedáneos)
 - Un aguacate , que le quedaban pocas horas para pasar de verde a negro
 - Un puñado de aceitunas verdes que habían sobrado de otra elaboración
 - Queso fresco (yo hoy tenía feta). Pero puede ser un queso de rulo de cabra, o unas bolitas de mozzarella.
 - Y en este caso un poco de bonito del que yo preparo en escabeche. Podéis poner un bonito o atún de lata. 






 PARA LA VINAGRETA

Una yema de huevo cocida
Aceite de albahaca 
Sal y vinagre
Medio cacito del agua de cocer los garbanzos

🌱 En un táper o frasco machacamos la yema con un tenedor . Añadimos sal, vinagre y aceite de albahaca, de forma generosa. Tapamos el frasco y agitamos bien. Vertemos la vinagreta sobre la ensalada, mezclamos bien y decoramos con una hojas de albahaca. 





🌱 Para hacer el aceite de albahaca, poner a hervir en un cazo un poco de agua y al lado un bol con agua con hielo. ( Este proceso es para que la albahaca no pierda su color).
Cuando empiece a hervir echar un puñado de hojas de albahaca en el agua, dejar treinta segundos y pasarlas rápidamente al bol con el agua fría. Retirar y envolver en papel de cocina para secar. 
Poner la albahaca ya sin exceso de agua en un vaso de la batidora, echar un vaso de aceite y triturar muy bien. Pasar después por un colador y envasar en una botella. Nos llegará para dos o tres ensaladas. 



ENSALADA DE GARBANZOS CON SANDÍA 






La segunda ensalada de hoy es un homenaje a mí madre, que ayer hizo ocho años que se fue, y a su santa paciencia para que mi hermana y yo  no murieramos de inanición (mi hermano aún era muy pequeño y no comía garbanzos), no tanto porque no nos gustara lo que se ponía en la mesa, si no , porque nunca teníamos hambre . Ahora daría algo por tener poco apetito como entonces. 

Imaginar un cocido con su carne, su morcilla, su tocino, y con 40° y pocas ganas de comer. Entonces ella partía sandía fresquita, quitando todas las pipas, a trocitos y la colocaba en un plato . Nos iba dando una cucharada de garbanzos, y decía, venga empujamos con un trocito de sandía. 
Y así nos comíamos el plato entero.
Recuerdo oír a alguien decirle que nos daba muchos caprichos y ella decía, que solo nos daba vida. 

A veces también nos "empujaba" con queso fresco , que eso nos gustaba mucho, o con aceitunas. 





Llevo tiempo dándole vueltas a este recuerdo y unir estos ingredientes. Tampoco era tan difícil, mezclar y punto. Pero  aunque a mí me gusten los sabores agridulces, a veces, no todo vale.  Eran cuestión de probar y ha dado resultado. Una ensalada fresquita y riquísima y estoy segura que a ella le gustaría. 


INGREDIENTES Y ELABORACIÓN






Garbanzos cocidos 
Queso fresco desmenuzado
Aceitunas negras sin hueso
Tomate picado ( como en la ensalada anterior) 
Bolitas de sandía sin pepitas, que he preparado con un sacabolas. 


🌱 Para aliñar, una vinagreta con aceite, sal, vinagre, un poquitín del agua de cocer los garbanzos,  y unas hojas de menta picaditas.

Os animo a probarla. 

                  
                                🌱🌱🌱🌱🌱







martes, 28 de julio de 2020



         FUMET O CALDO DE PESCADO








Esto no llega ni a categoría de receta, pero es un básico que hay que tener siempre en el congelador. 

Cualquier plato que hagamos ganará en sabor con un buen caldo de carne, pollo, verduras o pescado. A cada elaboración su caldo.

Para el caldo de verduras preparo unas pastillas de concentrado, que tenéis la receta AQUÍ

Hoy os explico cómo hago yo un buen fumet de pescado o caldo, que no es lo mismo,  para sacar todo el sabor. Es mejor utilizar pescado blanco (merluza, rodaballo, rape, corvina, etc.) El pescado azul tiene mucha grasa y un sabor demasiado fuerte, que después dominará sobre nuestro plato. 

Si solo ponemos pescado y damos menos tiempo de cocción tendremos un caldo. Si ademas agregamos al pescado algo de marisco, incluso cangrejos y dejamos cocer más tiempo obtendremos un fumet . 





Hariamos un caldo espectacular con morralla, si llegara hasta aquí. Pero es difícil. Yo solo la he visto en la pescadería de Mercadona dos o tres veces. Eso sí, he aprovechado para comprar dos o tres kg y congelar un montón de caldo. 
La morralla es un batiburrillo de pescado pequeño, entre el que suele haber pescado de roca y algún marisco suelto, como galeras. 
Hace un caldo espectacular y como es pescado de descarte suele ser muy barato. 

Pero a falta de morralla, cuando voy a  la pescadería, aunque me lo  limpien, siempre me traigo cabezas y espinas. Es más, como me conocen, cuando están atendiendo alguien antes que a mí y le preguntan: quiere espina y cabeza? Y contestan que no, me hacen un gesto con la cabeza, yo les contesto con otro y me traigo las espinas de mi pescado y alguna más. 
También suelo comprar huesos de rape.  

 Cuando llego a casa limpio y congelo, y preparo caldo cuando ya tengo cierta cantidad. 


INGREDIENTES

2 kg de pescado para caldo ( espinas y cabezas de pescado blanco, huesos de rape, morralla, cabezas de marisco, lo que tengáis) .Yo hoy lo he hecho con cabezas y espinas de corvinas y rodaballos.
Un par de cucharadas de aceite
4 litros de agua

ELABORACIÓN

Ponemos las cabezas y espinas en una bandeja de horno, rociamos con el aceite y metemos en el horno precalentado a 180° durante 40 minutos aproximadamente, hasta que esté todo bien dorado. 




Sacamos todo de la bandeja del horno y lo ponemos en una olla, cubrimos con los cuatro litros de agua y ponemos al fuego. Cuando empiece a hervir vamos desespumando y quitando las impurezas. 




Dejamos hervir durante 20 minutos.
Después colar por un colador de tela (yo pongo un paño de cocina sobre un colador) para quitar bien todas las impurezas y nos quede un caldo limpio
El que vayamos a utilizar en 24 horas al frigorífico, si no, al congelador. 
Ya tenemos un estupendo fumet y con cantidad de sabor para nuestros arroces o cualquier otra preparación que lleve pescado. 






                                          🌱🌱🌱🌱🌱



jueves, 16 de julio de 2020



      TARTA MOUSSE DE LIMÓN CON GIN- TONIC





De nuevo por aquí y con algo dulce 

Este blog cumplió 3 añitos en pleno confinamiento, el 15 de abril. Y como los intereses y las preocupaciones estaban en otro sitio, se me olvidó por completo.

Pero como nunca es tarde para celebrar, lo hacemos hoy y quiero hacerlo con todas las personas que día a día estáis ahí, al otro lado, leyendo, compartiendo, dando me gustas, haciendo las recetas. Sin vosotras nada de esto tendría sentido.  Un millón de gracias, de corazón.

Y como no hay cumpleaños que se precie, que no tenga tarta. Pues tarta. Y como tenemos unas temperaturas desorbitadamente altas, algo fresquito.






Sólo necesitamos encender el horno para el bizcocho , y como solo es una plancha, con 12 minutos es suficiente. 
De todas formas si no queréis encenderlo siempre podéis acudir a una panadería o pastelería y compráis una plancha de bizcocho . Os la venderán de forma rectangular, después la cortais con el aro del molde que vayáis a utilizar.

Si hacéis vosotros el bizcocho, lo he dicho ya en otras recetas. Siempre que sea una plancha para después soportar una mousse, hacer el bizcocho en un molde un par de centímetros más grande que el molde dónde vais a preparar la tarta. Una vez que se enfría, el bizcocho encoge un poquito. 






Tiene esta tarta, tres pasos, pero no os asustéis. Es muy sencilla. Lo que no quiere decir que se haga en cinco minutos. Siempre lo digo, que sea sencillo, no quiere decir que no requiera su tiempo. La cocina siempre quiere tiempo y mimo. 

Y como estaréis deseando saber cómo se hace, dejo algunos detalles más para el apartado de consejos, y vamos ya con la receta.


INGREDIENTES


PARA LA BASE DE BIZCOCHO






3 huevos pequeños

50 grs de azúcar
75 grs de harina de repostería 
1 pellizco de sal


PARA EL ALMÍBAR DE LIMÓN






120 grs de agua

60 grs de azúcar
30 grs de zumo de limón


PARA LA MOUSSE DE LIMÓN






250 grs de leche

1 sobre de gelatina de limón
200 grs de zumo de limón
1 lata pequeña de leche condensada (390grs)
400 grs de nata para montar, mínimo 35 % MG


PARA LA GELATINA DE GÍN- TONIC






6 hojas de gelatina

100 grs de agua
150 grs de azúcar
75-80 grs de zumo de limón ( aprox. un limón)
120 grs de ginebra
200 grs de tónica


PARA DECORAR

Un limón

Unas hojas de hierbabuena


ELABORACIÓN



• Precalentar el horno a 180° 
Colocamos papel de horno sobre el fondo de un molde desmontable ( el mío de 24 cm) y reservamos.
Con una batidora de varillas, batimos los huevos junto con el azúcar, hasta que estén bien esponjosos y doblen su volumen. 
Añadimos ahora la pizca de sal y la harina tamizada y mezclamos con una espátula , con movimientos envolventes, para que no se bajen los huevos, hasta que esté todo bien integrado. 
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 12 minutos. 






Mientras se cuece el bizcocho ponemos todos los ingredientes del almíbar en un cazo y llevamos a ebullición. Dejamos hervir durante cinco minutos, vertemos el almíbar en un bol para que se enfríe.
Ya habrá terminado el tiempo de horneado del bizcocho. Sacamos y lo dejamos enfriar sin desmoldar.





Empezamos con la mousse. Ponemos la leche en un cazo para calentar, pero sin llegar al punto de ebullición. Con que llegue a 90° es suficiente.
En ese momento echamos la gelatina de limón y, ya fuera del fuego, removemos bien con unas varillas hasta que esté bien disuelta. 
Añadimos ahora el zumo de limón y la leche condensada, y seguimos removiendo hasta tener una mezcla homogénea. Reservamos.
Damos tiempo para que enfríe la mezcla anterior, y entretanto montamos la nata, con batidora de varillas, hasta que esté bien firme.
Cuando la mezcla de leches y gelatina esté casi fría, la vamos incorporando poco a poco a la nata, y con movimientos envolventes para que está no se bajen, mezclamos hasta tener una crema homogénea. Reservamos.
Pasamos ahora el bizcocho al molde definitivo, que tenga un aro un par de cms. inferior. En mi caso es un molde de 22 centímetros con la base de cerámica, por tanto sirve como plato , y el aro de silicona, que desmolda fácilmente. Si utilizáis un molde normal, poner solo el aro, sobre un plato y forrar el aro por dentro con una cinta de acetato, que al desmoldar no se os quede pegada. 
Con ayuda de un pincel mojamos con el almíbar toda la superficie del bizcocho, poco a poco y con paciencia. Tiene que absorber el almíbar despacio para que esté jugoso, pero que no se ablande tanto que se deshaga al partir la tarta. 
Ahora ya , vertemos la mousse sobre el bizcocho. Alisamos bien con una espátula, o el dorso de una cuchara, para qué quede igualada y nos la llevamos al frigo un mínimo de 8 horas. Si tenemos prisa podemos meterla en el congelador, pero no podremos seguir con la siguiente capa, hasta que no esté totalmente cuajada. 






Cuando esté la tarta cuajada, prepararemos la cobertura. En un bol con agua fría ponemos a hidratar la gelatina. Necesitará unos cinco minutos para estar bien blandita.
Mientras se hidrata ponemos a hervir el agua con el azúcar, hasta que ésta esté bien disuelta.
Escurrimos bien las hojas de gelatina, estrujando con las manos y las añadimos al agua con el azúcar. Retiramos del fuego y removemos bien hasta que la gelatina se disuelva. Aunque se vea bien disuelta, en este punto me gusta pasarla por un colador, para asegurarme que no hay ningún grumito. 
Y ahora sí, incorporamos el zumo de limón, la ginebra y la tónica. Mezclamos muy bien y dejamos que se temple. 
Cuando esté templada la vertemos con sumo cuidado sobre la mousse. Lo ideal es poner la mezcla en una jarra. Cogemos una cuchara y la sostenemos boca abajo sobre la mousse, sin apoyarla en ella,  y vamos vertiendo la gelatina muy despacio sobre el dorso de la cuchara. De esa manera evitamos que al verterla nos pueda hacer algún agujero en la mousse y damos al traste con la estética de la tarta.





Terminada metemos en el frigorífico, ahora sí, mejor de un día para otro. 
Al día siguiente desmoldamos y adornamos con hojas de hierbabuena, y el limón cortado a rodajas 


ELABORACIÓN CON THERMOMIX








Precalentar el horno a 180° 
• Colocamos papel de horno sobre el fondo de un molde desmontable ( el mío de 24 cm) y reservamos.
Colocamos la mariposa en la cuchilla, echamos los huevos y el azúcar en el vaso y programamos 6 minutos
37° , velocidad 4. 
Seguidamente programamos otros 6 minutos, sin temperatura, velocidad 4.
Añadimos la sal y la harina. Mezclamos 8 segundos, velocidad 2 y medio. Quitamos la mariposa de la cuchilla y terminamos de mezclar con la espátula
• Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 12 minutos. 
• Mientras se cuece el bizcocho ponemos todos los ingredientes del almíbar en un cazo y llevamos a ebullición. Dejamos hervir durante cinco minutos, vertemos el almíbar en un bol para que se enfríe.
Lavamos el vaso. 
• Ya habrá terminado el tiempo de horneado del bizcocho. Sacamos y lo dejamos enfriar sin desmoldar
Vamos con la mousse. Ponemos la leche en el vaso y programamos 5 minutos, 90°, velocidad 1.
A continuación echamos la gelatina de limón alrededor de las cuchillas y mezclamos 30 segundos , velocidad 2 y medio.
 Añadimos el zumo de limón y la leche condensada. Programamos 1 minuto, velocidad 3. Vertemos en un bol y dejamos que enfríe mientras montamos la nata. 
Lavamos y secamos bien el vaso y la tapa.
Colocamos la mariposa y echamos la nata en el vaso.  Programamos velocidad 3 y media sin tiempo. Hay que vigilar porqué si nos pasamos de tiempo se nos hará mantequilla. Si estáis atenta al sonido, se nota cuando ya está montada.
La pasamos a un bol grande 
Cuando la mezcla de leches y gelatina esté casi fría, la vamos incorporando poco a poco a la nata, y con movimientos envolventes para que está no se bajen, mezclamos hasta tener una crema homogénea. Reservamos







• Pasamos ahora el bizcocho al molde definitivo, que tenga un aro un par de cms. inferior. En mi caso es un molde de 22 centímetros con la base de cerámica, por tanto sirve como plato , y el aro de silicona, que desmolda fácilmente. Si utilizáis un molde normal, poner solo el aro, sobre un plato y forrar el aro por dentro con una cinta de acetato, para que al desmoldar no se os quede pegada. 
• Con ayuda de un pincel mojamos con el almíbar toda la superficie del bizcocho, poco a poco y con paciencia. Tiene que absorber el almíbar despacio para que esté jugoso, pero que no se ablande tanto que se deshaga al partir la tarta. 
• Ahora ya , vertemos la mousse sobre el bizcocho. Alisamos bien con una espátula, o el dorso de una cuchara, para qué quede igualada y nos la llevamos al frigo un mínimo de 8 horas. Si tenemos prisa podemos meterla en el congelador, pero no podremos seguir con la siguiente capa, hasta que no esté totalmente cuajada.
• Cuando esté la tarta cuajada, prepararemos la cobertura. En un bol con agua fría ponemos a hidratar la gelatina. Necesitará unos cinco minutos para estar bien blandita.
Ponemos en el vaso el agua y el azúcar y programamos 3 minutos, 100°, velocidad 2
Añadimos las hojas de gelatina hidratadas y bien escurridas. Mezclamos 30 segundos, V2.
 Incorporamos al vaso, el zumo de limón, la ginebra y la tónica. Programamos, 30 segundos, velocidad 3. Reservamos en un bol y dejamos que temple.
Cuando esté templada la vertemos con sumo cuidado sobre la mousse. Lo ideal es poner la mezcla en una jarra. Cogemos una cuchara y la sostenemos boca abajo sobre la mousse, sin apoyarla en ella,  y vamos vertiendo la gelatina muy despacio sobre el dorso de la cuchara. De esa manera evitamos que al verterla nos pueda hacer algún agujero en la mousse y damos al traste con la estética de la tarta.
• Terminada metemos en el frigorífico, ahora sí, mejor de un día para otro. 
• Al día siguiente desmoldamos y adornamos con hojas de hierbabuena y el limón cortado a rodajas. 


CONSEJOS





En otras recetas os he comentado que habitualmente en todas las recetas que llevan hojas de gelatina, se da por hecho que son hojas de 2 grs cada una. Pero las de marca blanca suelen tener algo menos de los 2 grs. Así que tendréis que hacer un cálculo y poner un poquito más. A no ser que tengáis un peso de precisión y entonces no hay problema . Yo tengo una cuchara, que es esta
Ya os lo dije al principio, tiene varios pasos , pero no es complicada. Tenéis que hacerla siempre el día antes al que queráis disfrutarla. En esta tarta concretamente la cobertura tarda en cuajar, por el alcohol de la ginebra.  Como consejo, si la queréis para un sábado, por ejemplo. Yo haría el bizcocho y la mousse el jueves. El viernes la cobertura de gelatina y el sábado, ya sólo la decoración.
El molde que veis rojo, no es muy caro y es una pasada para tartas frías tanto dulces como saladas. El aro se desmolda de maravilla y te queda la tarta en la misma base , que es un plato de cerámica. Y los platos se venden por separado ( por si se rompe). Es éste
A quien no le guste mucho la ginebra, deciros que tiene poco sabor, ni a ginebra ni a alcohol. Predomina el frescor y el limón. 
Si hay niños, a su trozo, le quitáis la cobertura de gelatina, que es donde está la ginebra y el resto pueden tomarlo sin problemas. 

     Espero que os guste 🌱🌱🌱