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jueves, 24 de junio de 2021

 

MERMELADA DE ALBARICOQUES 





Que buen ritmo llevo ahora. Receta por semana.

Hoy toca dulce, aprovechamiento y fondo de despensa.

Había muchos albaricoques en el árbol y tener unos tarros de esta mermelada en la despensa, para las tostadas del desayuno o las tartas de manzana, durante el invierno, se agradece y mucho .

Siempre hago las mermeladas prácticamente igual. La diferencia está en poner, a veces, alguna especia y el tiempo de cocción variará dependiendo de la cantidad de agua que tenga la fruta. 

Tradicionalmente se les pone el mismo peso de azúcar que de fruta. Pero quedan excesivamente dulces para mi gusto. Dependiendo de lo dulce que sea la fruta que estoy utilizando le pongo menos de la mitad o incluso la tercera parte. Y para ayudar a espesar pongo un sobre de agar-agar. Ya sabéis que el agar-agar es una gelatina vegetal que encontráreis en cualquier supermercado.



La mermelada cuando aún está caliente nos puede parecer líquida, pero al enfriarse espesa. Entonces, hay un truco para saber si ya está o necesitamos dejarla cocer un poco mas. Ponéis una cucharadita en un plato y meter en el congelador para que enfríe rapidito. La sacamos y empujamos con el dedo, si no se mueve es que ya está. Si vuelve a su sitio seguimos cociendo un rato más y volvemos a repetir la prueba. Tenéis una foto de esto en la receta de la mermelada de ciruela AQUI. En la de hoy se me ha olvidado haceros foto. 


INGREDIENTES 





• 600 g de albaricoques (peso sin hueso)

200 g de azúcar

Una cucharada de azúcar avainillado 

una vaina de vainilla 

El zumo de medio limón 

Un sobre de agar-agar 


ELABORACIÓN 




Ponemos en una cazuela los albaricoques lavados, sin hueso y troceados junto con el resto de ingredientes, menos la gelatina. 

Mantenemos el fuego medio hasta que se derrita el azúcar . Después ponemos al mínimo y dejamos cocer hasta que esté hecha y sin dejar de remover para que no se agarre. 

Cuando le quede como cinco minutos incorporamos el agar-agar disuelto en un poquito de agua. 

Por último podéis dar un golpe de batidora y dejarla más o menos triturada según vuestro gusto. A mi me gusta más dejarla con tropezones. Con lo que se deshace la fruta en la cocción es suficiente.

Si hacemos poca cantidad y la vamos a consumir pronto podemos conservarla en el frigorífico. Si no, hay que envasar y hacerle un baño María.




 Para hacer esto, envasar la mermelada en los tarros, aún caliente. Cerrarlos bien. Poner en una olla profunda, que al cubrirlos con agua, ésta quede un par de dedos por encima de las tapas. Cocer durante veinte minutos, contados desde que rompe a hervir. 

Dejamos enfriar dentro de la misma olla. Los sacamos, secamos y ya podemos etiquetarlos y guardar. 


CON THERMOMIX 




Ponemos en el vaso, los albaricoques lavados, sin hueso y abiertos a la mitad junto con el resto de ingredientes, menos el agar-agar. 

Triturar 5 segundos a velocidad 5. Si os gusta más triturada darle unos segundos más. 

Programamos 40 minutos, temperatura varoma, velocidad 2. 

A los diez minutos de empezar quitar el cubilete para facilitar la evaporación y poner el cestillo para evitar salpicaduras.

Desleimos la gelatina en un poco de agua fría y cuando falten cinco minutos para terminar la añadimos al vaso.

Comprobamos la textura como os he explicado al principio de éste post. Si aún no está, programamos misma temperatura y velocidad, 5 minutos más. 

Para envasar, como os he explicado en la elaboración tradicional.




Esto es todo. 

Es una mermelada deliciosa, os merece la pena comprar un par de kg de buenos albaricoques y hacerla. 


                   🌱🌱🌱🌱🌱


















miércoles, 16 de junio de 2021



ESPAGUETIS NEGROS CON GAMBITAS Y SALSA DE AZAFRAN 




Hoy toca pasta. Y cuanto más sencilla y menos ingredientes más rica está.

 En realidad este plato tradicional italiano se llama Spaguetti al Nero di seppia. Compramos la pasta normal y los cocemos añadiendo al agua de cocción un par de bolsitas de tinta de calamar. Si además queremos un sabor más potente a mar, los cocemos en un caldo de pescado. 

Pero yo hoy, para no liarnos mucho los he llamado negros y los he comprado ya de ese color. Que ya alguien me ha dicho que a veces le asusta el nombre de la receta y no quiero que salgais corriendo.  

Es una receta super sencilla, pocos ingredientes, muy sabrosa y resultona, para cambiar un poco de las recetas que hagáis normalmente. 

Es también un plato apto para aquellas personas tiquismiquis que no les gusta la verdura, ni un sofrito, ni tomate, cebolla, ajo, nada de nada. Y las hay, que yo conozco alguna. 

Ya sabéis que en Italia nos acusan, con razón, de maltratar la pasta . La cocemos en exceso y las bañamos en salsas demasiado calóricas.

Os digo algunas cosas que debemos o no hacer, al menos para que las conozcáis. Después quien cocina decide. 




La pasta se cuece sólo con agua y sal. Nada de ponerle aceite, ni orégano. 

El tiempo de cocción lo dejaré al gusto de cada casa. Para mi con 15 minutos está bien. Algunos os resultará dura y si alguna italiana o italiano me leyera diría que me he pasado de tiempo con creces. Sí he leído que la pasta cocida en exceso es menos digestiva. 

No necesita un plato de pasta muchos ingredientes para estar ricos. Y por supuesto no necesita de grandes salsas. De hecho se ha extendido hacer la pasta a la corbonara con nata, cuando no la lleva. 

A mi me enseñó un italiano un truquito . Cuando escurras la pasta no tires el agua de cocción . Al mezclarla con el acompañamiento si la ves un poco reseca le añades un caldo de ese agua y es lo suficiente para que quede jugosa y rica. De hecho tenéis en el blog otra receta también de espaguetis que no lleva salsa y están riquísimos . Tenéis la receta AQUÍ.

Sin embargo estos de hoy si llevan salsa y nata. Pero es que está muy rica y muy vistosa por el color. Y así voy teniendo recetas para todos los gustos. 

Y vámonos ya a la cocina 


INGREDIENTES (para 4 personas)




250 a 300 g de pasta, dependiendo de lo comilones que seáis en casa.

300 g de gambitas crudas

200 ml de vino blanco ( tipo albariño)

0'25 g de azafrán

250 ml de nata de cocinar 

una cucharada sopera de maizena 

dos cucharadas soperas de zumo de limón

aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta

unos tallos de cebollino 


ELABORACIÓN 




Ponemos el vino blanco y el  azafrán en un cazo. Llevamos a ebullición y dejamos hervir a fuego  fuerte y destapado (para que evapore todo el alcohol) hasta que se reduzca a la mitad. 

•Disolvemos la maicena en la nata y la incorporamos al vino ya reducido. Salpimentamos. Calentamos a fuego lento, removiendo, hasta que espese.

Ya fuera del fuego añadimos el zumo de limón y mezclamos muy bien.

Pelamos las gambas y las salteamos en una cucharada de aceite. Salamos. 

Cocer la pasta a vuestro gusto. Escurrir. Añadir las gambas con su aceite. Salsear y decorar con el cebollino picadito. 


      Ya está. No me digáis que no es sencilla . 





                        🌱🌱🌱


























jueves, 10 de junio de 2021




TABULÉ DE CUSCÚS 






Tercera receta en tres semanas. Después del parón que tuve, ya vamos a buen ritmo.

Y como en esta tierra empieza a apretar el calor, vamos con una receta fresquita y que te puedes dejar hecha con unas horas de antelación. Aunque yo hoy he combinado dos cosas diferentes. El plato en sí y el ingrediente principal proceden de diferentes culturas y ahora os explico diferencias y porque lo hago de esta manera.

Para hacer el Tabulé se utiliza bulgur, y aunque deriva al igual que el cuscús, del trigo, se parecen pero no son lo mismo. 

EL BULGUR se obtiene después de cocer los granos de trigo enteros y posteriormente dejándolos secar. A la hora de prepararlo hay que cocerlo un poco. Es originario de Oriente Proximo. 

Por su parte el cuscús, se obtiene de remojar la semola del trigo con agua y amasar hasta obtener esas diminutas bolitas que lo forman. A veces se le hace un precocido y se seca. Es plato típico del norte de África, especialmente Marruecos y ellos lo utilizan como acompañamiento de guisos de verduras o carnes (menos cerdo, que ya sabéis que los musulmanes no toman) . Depende con que lo acompañes, le da el nombre al plato. Cuscús de pollo, de cordero o de verduras. 





Se prepara en ollas con recipiente para cocinar al vapor (cuscusera). El guiso se hace en la parte baja de la olla y al mismo tiempo en la parte de arriba preparamos el cuscús al vapor. De esa manera adquiere todos los sabores del guiso que hay debajo. 

Nos gusta mucho el tabulé en casa, porque es una ensalada fresquita. Y hacerlo con cuscús en vez de bulgur, es sólo porque a mí particularmente me gusta más el primero. 

Todo el cuscús que compramos en Europa viene ya precocido. Si tenemos posibilidad de hacerlo al vapor para acompañar el guiso como hacen en Marruecos, genial. Si no, también podemos hidratarlo. Yo lo hago así:  

Para 

• 250 g de cuscús 

• 500 g de agua 

• 20 grs de mantequilla 

• una cucharadita de sal 

Ponemos el cuscús en un bol . En un cazo al fuego ponemos el agua, la mantequilla y la sal. Bien caliente, pero antes de que empiece a hervir, vertemos sobre el cuscús, removemos, tapamos y dejamos reposar cinco minutos y ya podemos utilizarlo. 

Pero para esta receta en concreto no lo vamos a hidratar con agua. Ahora os cuento.


INGREDIENTES




Os pongo las cantidades aproximadas, pero son un poco aleatorias. Es una receta que admite más o menos cantidad de una cosa u otra según los gustos. 


• 150 g de cuscús

• 2 tomates hermosos (500 g aprox.)

• Un par de cebolletas frescas y tiernas o una cebolla roja 

• Un manojo de perejil, hierbabuena y cilantro (a quien no os guste este último, prescindir de él)

• Algunas hojas más de hierbabuena para decorar

• Sal 

• Media cucharadita de comino 

• aceite de oliva virgen extra 

• zumo de limón 


ELABORACIÓN 




• Pesamos el cuscús y reservamos 

• Partimos el tomate en trozos pequeños recogiendo todo el jugo y lo ponemos en un bol amplio.

• Limpiamos y picamos las cebolletas o cebolla en trozos también pequeños y agregamos al bol donde estaba el tomate

• Las aromáticas las picamos tambien muy pequeñas y las incorporamos al bol.

• Agregamos el aceite de oliva, el comino, la sal y el zumo del limón y mezclamos con todas las verduras.

• Por último incorporamos el cuscús (sin hidratar) y mezclamos muy bien.




• Tapamos con un film de cocina y lo llevamos al frigo durante, al menos, dos horas. Los jugos del tomate y la vinagreta se encargaran en ese tiempo de hidratar el cuscús. 

• En el momento de servir adornamos con unas hojitas de hierbabuena.


CONSEJOS 




• Si lo hacéis al momento y no podéis darle esa hora y media o dos horas de reposo en el frigo, entonces tendréis que, previamente, hidratarlo con agua caliente como os explico al principio de éste post.

• Podéis llevarlo a la mesa en una fuente, o si queréis emplatarlo de forma individual como en la foto, hacéis lo siguiente: cogéis un bol de una ración, mejor si es de cristal, y lo untais ligeramente de aceite. Echáis el tabulé hasta llenarlo, presionais un poco con una cuchara. Poner un plato encima y le dais la vuelta. Quitáis el bol y listo . Después decorar con la hierbabuena . 


Listo . ¡A comer! 




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