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martes, 1 de septiembre de 2020



        SARDINAS AL HORNO





Dicen los que entienden, que el mejor momento de la sardina son los meses que no tienen erre. De Mayo a Agosto. Pero en realidad siguen siendo de calidad hasta Octubre que las aguas superficiales aún son calidas. 

Las aguas templadas en superficie, propicia que haya más plancton y las sardinas se sobrealimenten acumulando esa grasa que las hace mas sabrosas y aromáticas. 

Esa grasa es OMEGA-3, cardiosaludable . 
Son ricas en yodo y magnesio. 
Tienen además vitaminas E, D, B6 y B12.





Como España es el tercer país europeo donde más pescado se consume, deduzco que habréis dado buena cuenta de sardinadas en la costa norte de este país o de espetos en las costas del Mediterráneo. Pero si aún os quedan ganas y no queréis atufar toda la casa con olor a sardinas a la brasa o parrilla, os traigo esta receta de sardinas al horno. 
Están buenísimas, las propiedades nutricionales son las mismas y no dejan toda la casa perfumada. Eso sí, tienen un poco más de trabajo para limpiarlas. 

Pero quién dijo miedo.

Delantal puesto y a cocinar.


INGREDIENTES





 Una docena de sardinas
El zumo de un limón
Pan rallado (dependerá de cómo sean de grande las sardinas) 
Sal, pimienta negra, un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Un poco de tomillo fresco o seco (opcional) 


PARA LA SALSA

Una mahonesa casera ( como tengáis costumbre de hacerla en casa)
Un manojo generoso de perejil. 



ELABORACIÓN






Lo primero será limpiar las sardinas.
Si podéis quitarle la piel a la sardina genial. Si son muy fresquitas se le quita fácilmente desde las agallas hacia abajo. Si no le quitáis la piel desescamarlas muy bien. Quitamos la cabeza, las aletas con unas tijeras, desviceramos, le quitamos la espina central y con un dedo las vamos abriendo en forma de libro y separamos los dos lomos. 





Ya limpias las colocamos en una fuente que no se monten unas encima de otras. Salpimentamos y las regamos con el zumo de limón. Que queden bien cubiertas. Si los limones son pequeños o tienen poco zumo, utilizar dos. Dejamos reposar 20 minutos.
 Mientras reposan las sardinas, hacéis la mahonesa casera como tengáis costumbre. Yo pongo en el vaso de la batidora, un huevo, sal, un chorro de vinagre, un diente de ajo pelado y un buen chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. 
Bato sin mover el brazo de la batidora hasta que esté bien mezclado y después ya voy incorporando en hilo aceite de girasol sin dejar de batir y moviendo el brazo de la batidora de arriba-abajo.
Cuando esté la mahonesa, incorporamos el perejil partido con las manos, lavado y seco, y seguimos batiendo hasta tener una salsa homogénea. Reservar en el frigorífico.
Si utilizáis la mahonesa comprada, ponerla en el vaso de la batidora, incorporar el perejil y batir de la misma manera.








Precalentamos el horno a 180°. Untamos una fuente que pueda ir al horno con un poco de aceite. Escurrimos las sardinas del exceso de limón y las vamos colocando muy juntitas pero sin que se monten unas encima de otras. Las cubrimos con el pan rallado. Que queden cubiertas pero con una capa finita. Espolvoreamos tomillo por encima y un hilillo de aceite. Horneamos entre cinco y ocho minutos, dependiendo del tamaño de las sardinas y de vuestro horno.
Servimos con unos gajos de limón y la mahonesa de perejil. 







    Sencillas no? Pues aprovechemos lo poco que queda de temporada de sardinas

                                              🌱🌱🌱










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